Desde 2005 a tu lado

DECLARADA DE UTILIDAD PÚBLICA

Desde 2005 a tu lado

DECLARADA DE UTILIDAD PÚBLICA

Sin remedio ni perdón

Este mal de la ELA no tiene remedio, por ahora, y los políticos no tienen perdón de Dios… ¡ayúdennos! A quien corresponda…

Pido primero disculpas por la excesiva aspereza de mis palabras, pero es lo que hay… por si alguien no conoce aún a la malvada ELA… Esto es lo que suele pasar; excepto en algunos casos casi milagrosos en los que parece que el tiempo da una tregua; o en otros, al contrario, en los que el tren se salta alguna estación y llega pronto a destino.

Ahora no puedo caminar. Cuando ando, algún pasito, torpe, torpemente, lo pago con fuertes dolores.

Dentro de unos meses, no podré ponerme en pie solo. Necesitaré una grúa, y bien fuerte, que mueva mis cien kilos de la cama al sillón o al baño. Ese será mi paseo diario. En un año o dos, mis brazos y manos no funcionarán. No seré autónomo para lavarme, comer, ni ir al baño. Llevo 59 años sin usar pañales, y volveré a tenerlos.

Necesitaré ayuda, mucha ayuda…, la palabra intimidad desaparecerá de mi diccionario. Perderé la capacidad de tragar, de comer, de beber, de HABLAR.

Me alimentarán por un agujero en la barriga… acabaré postrado y paralizado en la cama, como cuando ponen a los muertos en sus lechos… pero vivo y moviendo solo los ojos. Con los ojos y una difícil tecnología…podré comunicarme ¡Dios mío! Y, por fin, no podré respirar. Además, será un calvario para mi familia.

Pido perdón otra vez por la dureza del símil, pero se parece a una condena, al corredor de la muerte. Pero además en una estancia, una prisión, que cada vez se hace más pequeña: primero puedes salir al patio, luego solo al comedor, más tarde no sales de la celda, y al final, tu cuerpo es tu cárcel.

Tengo miedo. Y todo el mundo me dice que no lo piense. ¡¡CO-JO-NES!! Por lo menos, dejadme que lo escriba.

Testimonio de Salvador de Osuna (Sevilla). De forma habitual es una persona excelente y mejor padre de familia. Pero estos pensamientos que escribe, son normales en cualquier persona. Y como Salvador dice, quién escribe, sus males espanta.