Desde 2005 a tu lado

DECLARADA DE UTILIDAD PÚBLICA

Desde 2005 a tu lado

DECLARADA DE UTILIDAD PÚBLICA

La Nutrición es fundamental para la evolución favorable de la ELA

La atención al estado nutricional de los pacientes con ELA desde la primera consulta interdisciplinar, es vital para una evolución más favorable.

Debido al proceso de la enfermedad, las personas con ELA están particularmente en riesgo de desnutrición debido a la presencia de hipermetabolismo (quemar calorías más rápido de lo «normal») y porque comen menos debido a problemas de deglución y fatiga. Esto conduce a la pérdida de peso y a un mayor desgaste muscular más allá de la degradación de los músculos causada por la propia enfermedad.

En la primera visita con el Endocrino, Digestivo o Nutricionista, sería bueno hacer una buena valoración nutricional del paciente, en la que habrá que tener en cuenta muchos factores, desde sus propios hábitos, conocer qué come habitualmente el paciente, o qué habilidades conserva la persona porque igual necesita ayuda para coger los cubiertos o preparar los alimentos… su médico en nutrición será quién le guíe de forma personalizada.

Como norma general

Para todos los pacientes, es aconsejable aumentar la ingesta de calorías desde el principio para reducir el impacto en la enfermedad y la supervivencia. El objetivo es que a partir de una dieta cardiosaludable (caracteriza por un alto contenido en frutas, aceite de oliva, verduras y pescado, y un menor contenido en grasas saturadas), el paciente mantenga su peso y el índice de masa corporal.

También es aconsejable fraccionar la ingesta diaria en muchas tomas, eso aportará a lo largo del día más calorías, porque si comes más veces, es más fácil meter mayor cantidad de alimento y, facilita que haya menos fatiga durante las comidas. Los alimentos deben ser ricos en carbohidratos.

Dieta saludable y nutritiva

  1. Elija alimentos que normalmente son blandos: haga que sea más fácil comenzar con alimentos que requieren poca masticación, como pan, arroz, budín, hummus, huevos duros suaves o cremas.
  2. Modifique la consistencia de los alimentos y haga puré los alimentos que son más difíciles de masticar y tragar. Mezcle una variedad saludable de carnes, pescados, frutas y verduras.
  3. «Riegue» los alimentos: haga que sea más fácil tragar alimentos secos con salsas y aderezos. Esto ayudará a la persona con ELA a experimentar menos fatiga durante las comidas y a conservar energía durante todo el día.
  4. Practique estrategias seguras para tragar: la postura de la barbilla (sostener la barbilla contra el pecho), tomar bocados pequeños o sorbos simples y tragar dos veces por sorbo o mordisco.
  5. Consuma proteínas adecuadas: intente incluir leche, queso, huevos, legumbres y quinoa cremosa en su dieta. O haga puré con alimentos ricos en proteínas. 
  6. Aumente la ingesta de calorías: agregue calorías a cada comida rociando con aceite de oliva. Sirva las comidas con aguacate, guacamole, puré de patatas, salsas de crema, o queso en crema, ¡no olvide el helado o el yogur para el postre!
  7. Complemente las comidas con batidos caseros de frutas, verduras, yogures
  8. Reduzca la duración de las comidas: trate de mantener las comidas cortas para disminuir la fatiga. Sirva comidas y meriendas más pequeñas, pero más frecuentes
  9. Tome medicamentos con pudín o yogur: esto facilitará la ingestión del medicamento y le proporcionará calorías adicionales.
  10. Manténgase hidratado: con una pérdida de solo 1.5% de agua corporal, la función mental y física disminuye. Además, los líquidos reducen las complicaciones infecciosas urinarias, el estreñimiento y fluidifica las secreciones. Un nutricionista puede ayudar a determinar cuánto líquido necesitas. El uso de vasos especiales con escotadura para la nariz, facilitan la ingesta de líquidos.

En esta web de ELA Andalucía hay recetarios de cocina con menús sencillos, ricos y familiares para disminuir el tiempo en la cocina y comer toda la familia lo mismo, pero la ración del paciente, triturada.