
Cuando el paciente no es capaz de mantener la cabeza erguida, por debilidad de los músculos del cuello, pueden aparecer continuas contracturas. En estos casos o en pacientes que aun estando bien, realizan esfuerzos puntuales de mayor esfuerzo para el cuello (viajes largos), es recomendable un collarín.
Un collarín proporciona un excelente soporte a la caída de la cabeza y nos permite mirar en una posición normal, aliviando así los dolores de la musculatura del cuello. Aunque existen varios diseños, el más idóneo para los pacientes con ELA es uno abierto. Hay uno comercial que se llama Headmaster y es el mejor. Hay varias tallas que se ajustan a la complexión del usuario.
Sus características son: ligero y aireado, diseño tubular acolchado que se puede lavar a mano y, se dobla para ajustarse a la flexión o extensión del cuello.
Como opción para aliviar el cuello en casa, podemos acomodar un sillón escasamente inclinado para atrás, que permita al cuello aliviar su carga manteniendo una buena posición de sentado. Además, es importante la posición de los brazos sobre una bandeja o almohadas pues va a permitir al paciente un mejor control del cuello y reducir la tracción sobre los músculos.