Desde 2005 a tu lado

DECLARADA DE UTILIDAD PÚBLICA

Desde 2005 a tu lado

DECLARADA DE UTILIDAD PÚBLICA

PEG, un paciente bien nutrido tendrá mejor ánimo y más fuerza para luchar contra la ELA

mariajoseLa Gastrostomía Endoscópica Percutánea, PEG, es un nombre complejo para un sistema sencillo y necesario en algunos pacientes con ELA cuando existe dificultad para masticar, tragar los alimentos o se pierde peso de manera muy notable. Cuando se necesita el PEG, sus ventajas son enormes, porque su función es contribuir a un adecuado estado nutricional de la persona.

El PEG consiste en la colocación mediante endoscopia de una sonda o tubo en el estómago a través de la pared abdominal, en el exterior del abdomen sólo se verá un pequeño botón. Se usa fundamentalmente para administrar alimentación o medicamentos.

Esta sonda puede ser usada según las necesidades particulares de cada persona. El paciente podrá seguir comiendo por boca todos aquellos alimentos que más le gusten o le apetezcan, la sonda PEG contribuirá para completar su alimentación y su adecuado estado nutricional.

Tal como nos ocurre a todos, un paciente con ELA bien nutrido, tendrá mejor ánimo y más fuerza para luchar contra la ELA. Hay que tener en cuenta que dicha sonda se debe colocar antes de que sea realmente necesaria para evitar posibles problemas respiratorios asociados. De todas formas, recomendamos consultar este tema PEG con nuestro médico especialista.

Bajo estas líneas reproducimos el testimonio de María José, que aunque ya la hemos publicado en otras ocasiones, es muy clarificadora y nos puede ayudar en nuestras decisiones. Dice así:

Mi experiencia con la PEG

La primera vez que escuché la palabra PEG (Gastrostomía Endoscópica Percutánea), me estaban preguntando si la tenía puesta, yo no tenía ni idea, de lo que me estaba hablando el médico. Cuando me explicaron lo que era, descarté la idea de ponérmela en un futuro. Y así, cada vez que iba al nutricionista y mencionaba la posibilidad de tener que alimentarme por la pared abdominal, lo negaba rotundamente.

Me resistía, pues comía, no de todo, siempre triturado, pero comía. El tiempo iba pasando y cada vez me cansaba más, poco a poco llegué a un estado en el que apenas comía y bebía. Toda esta situación provocó que estuviera muy decaída, sin fuerzas, con el ánimo por los suelos, hasta que comprendí que no podía seguir así, podía llegar a la desnutrición y a deshidratarme. Y no estaba dispuesta a llegar a ese extremo, por mí, por mis hijas y por las personas que me quieren.

Mi paso por el hospital fue muy corto, tan solo 2 días, fue una intervención muy sencilla, apenas sentí dolor, solo un poco de molestia. Reconozco que al principio me sentía un poco rara, me chocaba verme comer por la pared abdominal, pero poco a poco fui acostumbrándome y empecé a ver las ventajas que tiene para un enfermo de ELA ponerse la PEG.

Sigo comiendo por boca lo que puedo, pero tengo la tranquilidad de saber que todas mis necesidades, en lo que alimentación se refiere, están completamente cubiertas, porque estoy bien nutrida y bien hidratada. Ahora tengo más vitalidad y energía, tengo ganas de hacer cosas, me canso menos, tengo más fuerza. Entiendo que haberme puesto la PEG, no ha sido dar un paso atrás, al contrario, ha sido un paso adelante en mi vida, porque por primera vez desde que tengo esta enfermedad he tenido una mejoría significativa en mi cuerpo.

“No es el más fuerte el que sobrevive, sino el que mejor se adapta al cambio”
Charles Darwin

Testimonio de María José, Dos Hermanas (Sevilla)
Mayo de 2014

botonnasogastrico